domingo, 29 de diciembre de 2013


La presencia de la mujer en el ejército no se ha convertido en una realidad habitual hasta hace muy pocos años. Sin embargo, su presencia sigue estando vetada en algunas áreas que todavía hoy se consideran propias de los hombres, por lo que su lucha por la igualdad continúa.



Probablemente, Lyudmila Pavlichenko tuvo que hacer frente a una discriminación de ese tipo cuando, en 1941, se dirigió a una oficina de reclutamiento soviética para alistarse y poder luchar contra los invasores alemanes.

Según cuenta Javier Sanz en el blog «Sesión de Control», Pavlichenko, que poseía un fuerte carácter del que daba muestras desde muy pequeña, trabajaba como pulidora en un arsenal, donde se aficionó a las armas. Esa pasión la llevó a apuntarse en un club de tiro donde muy pronto comenzó a destacar por su excelente puntería.

Por ello, cuando las tropas nazis invadieron la Unión Soviética, no dudó en presentarse en una oficina de reclutamiento para servir a su patria. El oficial al mando la alistó como enfermera, como a casi todas las mujeres, pero ella tenía otros planes. Mostró los documentos que acreditaban su puntería y pidió un rifle. Al final, tras convencer al oficial, fue adscrita como francotiradora a la 25 División de Infantería, con un Mosin-Nagant 1891/30 Sniper con un alcance efectivo de más de 600 metros como compañero.

Tras luchar en los frentes de Odessa y la península de Crimea, en junio de 1942 fue herida por un disparo de mortero. Hasta entonces había causado 309 bajas en las tropas enemigas, incluyendo varios francotiradores.
Tras su recuperación emprendió una gira por Canadá y EEUU como relaciones públicas, convirtiéndose en la primera ciudadana soviética en ser recibida por el presidente Roosevelt. A su regreso a Rusia ya no se dedicó a instruir a cientos de francotiradores durante la guerra.

Un año más tarde le fue concedido el título de Héroe de la Unión Soviética y su imagen apareció en dos ediciones de sellos. Después de guerra, terminó sus estudios en la Universidad de Kiev y comenzó su labor de historiadora. Murió el 10 de octubre de 1974 a los 58 años, quizá sin saber que su desconocida hazaña constituiría un gran ejemplo para la lucha por la igualdad de la mujer.

Vía | ABC


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