jueves, 9 de diciembre de 2010

Pearl Harbor y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial

Casi anualmente echamos un nuevos vistazo atrás a uno de los episodios más relevantes y polémicos de la Segunda Guerra Mundial, el cual le abrió completamente las puertas a Estados Unidos para una intervención formal y de derecho en el conflicto.

El ataque japonés a Pearl Harbor cambió el curso no sólo de la guerra, sino de la historia. Lo que hasta ese entonces se había desarrollado como una contienda europea se transformó en una confrontación global, ya que la primera consecuencia que tuvo la afrenta japonesa fue el ingreso de los Estados Unidos al conflicto bélico. Así –y ajustándonos a la terminología que elaboraron los expertos– al 7 de diciembre de 1941 se la conoce como la fecha en la que se despertó al “gigante dormido”.

Los motivos que llevaron a Japón a abrir un nuevo frente de guerra fueron varios y complejos. Fue el punto cúlmine de una serie de enfrentamientos políticos y económicos que ambos países llevaron a cabo durante años, y que pesaron tanto como la unión que los asiáticos concretaron con las fuerzas del Eje. Al cumplirse un nuevo aniversario del emblemático bombardeo que provocó la entrada de Estados Unidos en la guerra, el ataque contra Pearl Harbor es recordado como el incidente bélico que cambiaría el curso de la historia.

JAPÓN SE EXPANDE

Varios generales japoneses declararon, luego de terminado el conflicto, que atacar a los Estados Unidos era algo muy arriesgado. Conocían la capacidad productiva de la potencia americana y sabían que neutralizar una base militar en el Océano Pacífico no anularía su poder bélico, sino que sólo les daría el tiempo que necesitaban para tomar aquellas colonias asiáticas comandadas por Occidente.

Japón había llegado a ese estado de agresión y necesidad por varias razones. Luego de terminada la Primera Guerra Mundial, la situación económica de la isla se había vuelto inestable. El terremoto del '23 y la Gran Depresión se hicieron sentir fuertes, problema que se sumó a un gran aumento de población. Alimentos y materias primas comenzaron a escasear.

El gobierno, entonces, tomó varias medidas, como la estimulación de la inmigración a países americanos. Esta fue una de las primeras causas de confrontación, ya que los norteamericanos, tan asustados como los asiáticos por la crisis económica, temieron perder puestos de trabajo, hecho que generó respuestas racistas contra los japoneses recién llegados.

Por este motivo el gobierno japonés intentó adherir una cláusula de igualdad racial al contrato de la Liga de las Naciones, la cual fue rechazada por Estados Unidos e Inglaterra. El Congreso norteamericano posteriormente aprobaría una restricción a las inmigraciones desde Japón.

Luego, en 1930, el gobierno insular terminó en manos de militares con políticas que estaban dirigidas a afirmar la posición japonesa en China: tomaron el control total de Manchuria y forzaron a sus vecinos a firmar abusivos tratados comerciales. Los militares japoneses continuarían la invasión tomando gran parte de la costa china, lo que desencadenaría la Segunda Guerra Sino-Japonesa.

REACCIÓN NORTEAMERICANA

El nuevo expansionismo japonés alarmó a EEUU. Temiendo que sus posiciones en el Pacífico sean invadidas, los americanos tomaron una serie de medidas letales con las cuales intentaron frenar el avance japonés: procedieron a un embargo de materias primas frenando las exportaciones de acero a la isla y congelando sus fondos en América. Las tensiones, a partir de acá, no dejaron de ascender.

PEARL HARBOR DESPIERTA A EEUU

Japón, acorralado y en apuros, no iba a dar marcha atrás. Todavía orientados a librar las colonias occidentales en el sudeste (las cuales serían difícilmente defendidas ya que las potencias que las detentaban se encontraban inmersas en la guerra europea comenzada por los alemanes), los asiáticos firman en 1940 -año en el que toman la colonia francesa de Indochina- el Pacto de Acero con Alemania e Italia. La respuesta de EEUU fue muy dura: en 1941 anulan los envíos de petróleo a Japón. Las medidas terminan de desgastar las relaciones entre ambos y le dan lugar a un estado de alerta en el que todos sienten que las hostilidades están muy cerca de concretarse.

Intentaron llegar a un arreglo, pero ambos sentían que las políticas de sus adversarios iban a perjudicar sus propios objetivos, en especial cuando se le solicitó a Japón abandonar China para revertir los embargos aplicados. Así, con Europa sumergida en plena guerra, Japón decide hacer un movimiento ambicioso para asegurarse, de una vez por todas, su poder en el Pacífico y tener acceso a nuevos recursos elementales para su desarrollo.

Cuando los japoneses sintieron que no podían resistir más y que estaban en condiciones de llevar a cabo su plan, jugaron la que creyeron su última carta. El 7 de diciembre de 1941, más de 350 aviones atacaron la base naval norteamericana de Pearl Harbor, ubicada en Hawai, destruyendo casi por entero su flota aérea y naval.

Si bien después se supo que Estados Unidos tuvo la información necesaria como para suponer un ataque de esta magnitud, nunca se imaginaron que lo harían sin recibir una declaración de guerra previa. El sentimiento de traición invadió a la nación entera. Al día siguiente, el Congreso de EEUU le declaró la guerra a los nipones, y 4 días más tarde, Hitler hizo lo mismo hacia el gobierno de Roosevelt. La Segunda Guerra Mundial había comenzado con el ingreso de un nuevo actor que cambiaría todo.

EL GRAN ERROR

El ataque anuló el poder norteamericano en el Pacífico, luz verde que tomó Japón para ir apoderándose sucesivamente de las colonias occidentales en Asia: en los 6 meses siguientes invadieron parte de Hong Kong, Filipinas, Malasia y Tailandia, además de hundir dos buques británicos.

Las consecuencias fueron tan importantes como el ataque; Estados Unidos decidió romper con el aislamiento y entró en la contienda europea. La opinión pública mundial estaba tan consternada con el ataque como el mismo pueblo americano, hecho que les brindó un apoyo valiosísimo a la hora de enfrentarse contra Hitler y sus aliados.

Japón, en cambio, no podría mantener su posición sobre las colonias arrebatadas. Los años venideros serían difíciles, mientras que EEUU, favorecido por su ingente capacidad de producción, recomponía su poder militar y estado de ánimo recuperando todos los territorios perdidos.

Pearl Harbor significó un error japonés, tal vez el más grande en su historia. Fue un factor determinante que llevaría al presidente Truman a atacar la isla lanzando dos bombas atómicas, y que seguiría con la derrota incondicional de las potencias del Eje.

La participación de Estados Unidos en la guerra fue una variante cuyas consecuencias pocos creyeron tan drásticas e importantes.

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